Dios necesita un ejército de almas que comulguen de rodillas

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Imagen de fondo: © Marie-Lan Nguyen / Wikimedia Commons / CC-BY 2.5 (la imagen original no tiene texto).

Con ese ejército Dios abolirá la mentira racionalista del Demonio infiltrada en la vida de la Iglesia y construirá un sólido muro contra los enemigos de la Eucaristía. Contra esta muralla, querrán pero no podrán avanzar: son la guardia y avanzadilla impenetrable e indestructible de la Iglesia. Ellas y ellos son los auténticos ángeles visibles de la Eucaristía en la Iglesia, van delante de todos haciendo frente al mal directamente con su ejemplo. Han respondido a la llamada de Dios al heroísmo y han alzado bien alto la Bandera de su amor por la Eucaristía en medio del mundo proclamando a Dios lo primero.

La mentira racionalista es la pretensión de querer explicar y entender todo desde la razón humana, aboliendo el misterio, lo trascendente y lo milagroso. El racionalismo es completamente incompatible con el Misterio de la presencia real y verdadera -en cuerpo y sangre, alma, humanidad y divinidad-, de Jesucristo Hombre y Dios en la Eucaristía.

Dejándose llevar del racionalismo, muchos teólogos y miembros del clero están perdiendo su fe y confianza en la Eucaristía, y están presentándola como una ceremonia ritual, una conmemoración de carácter simbólico y comunitario. Por eso, desprecian y repudian a las almas que le dan verdadero culto a Jesucristo en la Eucaristía, especialmente a las más humildes, a las que se arrodillan y comulgan con gran amor y fe en la boca y de rodillas. ¡Cómo aborrecen los racionalistas a estas amorosas almas, a las cuales consideran idólatras, ignorantes y necias! ¡Desearían si fuera posible no verlas! Pero no pueden, porque su gesto de amor es tan grande y tan maravilloso ante Dios que el Cielo entero calla cuando las ve comulgar de esta manera y legiones de ángeles salen en su defensa. El Demonio, con tal de destruir la fe en la Verdadera Presencia de Jesucristo en la Eucaristía, aceptaría cualquier cosa, aún el ponerse de parte de los racionalistas.

El racionalismo es enemigo de la Eucaristía, así como LA EUCARISTÍA ES ENEMIGA DEL RACIONALISMO, pues la Eucaristía echa por tierra todas las tesis racionalistas. Por eso, cada vez que Dios, con el objeto de reavivar y fortalecer nuestra fe, hace un Milagro Eucarístico y una Hostia Sangra visiblemente ante todos, tienden a ocultarla o a darle la menor importancia posible; las esconden con disimulo y dicen que la fe no necesita de esos signos para creer, impidiéndole al mismo Jesucristo que se haga visible ante su propio pueblo si es su voluntad. Ellos, los racionalistas, son los que, por medio de subterfugios, apañaron todo para introducir la Comunión de pie y la Comunión en la mano, con el fin de reducir y desvirtuar el culto a la Verdadera Presencia. Todo eso ha sido obra del espíritu racionalista infiltrado en la Iglesia, que quiere congraciarse con el mundo en lugar de con el Verdadero Dios, el que está en la Eucaristía, el único que creemos y adoramos los católicos.

Si nunca has comulgado de rodillas y estás deseando empezar, lee esto para que, una vez des un paso adelante, luego no des un paso atrás, sino sé firme y valiente sabiendo que Dios está contigo en esa batalla: «Jesús le contestó: "El que pone la mano en el arado y luego mira hacia atrás, no sirve para el reino de Dios» (Lc 9,62).



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